Hola, soy Ana.

Si te acuerdas de mi, para qué voy andando con presentaciones. Si no te acuerdas de mi o no me conoces, lo primero: GRACIAS por dedicar unos minutos de ese bien tan escaso del que disponemos hoy en día que es TU TIEMPO. Como decía, si no me conoces o no te acuerdas de mi tampoco voy a andar con presentaciones, simplemente te invito a que lo vayas haciendo poco a poco a través de estas entradas de blog.

Como diría Fray Luis de León: "Como decíamos ayer..."

Como decíamos ayer, hace meses o no recuerdo cuantos años hace ya, escribí una entrada en mi antiguo blog la cual titulé "Mi primera Cana".

En esa entrada recuerdo que relataba el terror que sentía ante la posibilidad de postrarme delante del espejo y descubrir mi primera cana. Esa cana simbolizando que el paso del tiempo. El miedo paralizante que me producía la idea de hacerme mayor.

Y aquí estoy, casi diez años después, con treintayvarios y muchas canas teñidas de castaño cereza,

En estos diez años justos, recuerdo que fue a finales de septiembre de 2007, aparte de las mencionadas canas y unas incipientes patas de gallo he vivido y sobrevivido a partes iguales.

He perdido pilares familiares, pero también he recibido y recibiré nuevos miembros. Me enamoré y me desenamoré. Me rompieron el corazón. Me volvieron a romper el corazón. Me siguen rompiendo el corazón. Sufrí la lacra del paro en distintos períodos. Altibajos AlTiBaJoS y ALTIS y bajos. Dejé de fumar, engordé, adelgacé y me liberé. Empecé a hacer deporte y encontré trabajo.

Y hoy, tras la sencillez de un comentario en Instagram y una charla con mi querida Anita estoy de nuevo aquí, delante de la temida página en blanco y sintiéndome como si no hubiera pasado el tiempo.

Y qué tiempo...

Bienvenidos.


Comentarios

Publicar un comentario