Casualidades

El otro día tuve un "flechacito".

El viernes tuve la ocasión de asistir, invitada por un gran amigo mío -gracias cari-  a un evento de moda donde él trabajaba como fotógrafo. Mi "flechacito" estaba allí también trabajando. Y no pude parar de mirarle durante las tres horacas que duraron los desfiles.

Obviamente cuando terminó el evento le pregunté a mi amigo quién era él, a lo que después de decirle "luego me lo presentas", mi amigo me respondió"pues no sé si estará casado".

Zas, en toda la boca.

Y es que es lo más normal del mundo. Un hombre así es imposible que no tenga pareja, porque igual que llamó mi atención, se la llamaría a otra persona mucho antes y además, muy probablemente, de su mismo ámbito laboral. Y aunque no la tuviera... no creo que él reparara en mi. Y si reparó en mi, no creo que sea demasiado probable que volvamos a coincidir. O tal vez sí. O tal vez no.

Por eso, hoy me gustaría hablar sobre esas "casualidades" que nos cambian la vida. 

¿Os habéis parado a pensar que la gran mayoría de las cosas importantes de vuestra vida han ocurrido por casualidad? Las buenas y las malas. Aunque hoy, en verdad, prefiero obviar lo malo y hablar de lo bueno.

Porque en cuestión de flechacitos, flechazos o bombas nucleares uno nunca sabe cuando le va a saltar la liebre.

Yo he tenido flechacitos en el autobús, en la puerta de una academia donde estudiaba, en bares -como todo el mundo-, incluso en mi propia oficina una vez que el portero automático no funcionó y tuve que bajar a abrir la puerta principal.¡Bum! Bomba nuclear. El que ese día el portero automático no funcionara me valió días muy felices y me costó muchos insomnios. Así, tal cual.

Pero aunque esa historia no saliera bien, me entristece pero no me duele, porque para mi ha sido una de las historias más intensas que he vivido en los últimos tiempos.

Y todo por una casualidad. Gracias y a pesar de.

¿Y sabéis qué? Que ojalá y pueda sentir mil flechacitos casuales, aunque duren lo que dura un suspiro. Porque esas cosas son las que te dan la vida. Por unos minutos, por unos días, semanas o tal vez para toda la vida.

Y todo por una casualidad.

Feliz comienzo de semana.

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